Un adiós a lo grande
Hay personas que merecen un adiós a lo grande, por lo que fueron, son y serán, y espero haber conseguido hacer sentir esa magnitud que ha sido para mí, aunque sea tarde, aunque sea con un final, espero que en él le roce mi pena, perciba mi dolor por la pérdida, toque mi alegría, atrape mis deseos y esperanzas hacia él, incluso sienta la satisfacción que siento al vivirlo todo como una gran lección de vida. Espero que guarde algo de todo aunque sea en un cajón viejo donde amontone lo ya usado, lo perdido, lo que ya no sirve, y algún día lo desenvuelva y lo recuerde como hoy, que sienta mi felicidad porque tras el dolor viene la reflexión, la pausa, el orden en el desorden, lo lógico ante tanta ilógica, y hoy después de todo lo pasado, la balanza se posa en todo lo bueno que me trajo, y por todo ello se desequilibra por el peso de las miles de risas, ganas, viajes al fin del mundo, amistades encontradas que han sido todo un regalo, también hay vértigo, miedos, velocidad, lágrimas, emoción, sueños, miles de deseos de buenos días y noches, kilómetros de esperanza, energía, entusiasmo, música sin fin y una chispa de locura que me hizo volver a saborear la vida con la ilusión de una niña, esa que creía olvidada, y me devolvió lo más importante, mi pasión por las letras que andaba perdida dentro de mí y que se me acumulaban en el olvido al no escribirlas y darlas su lugar, ese tan importante que ocupan hoy en mi vida.
Hay cosas que en la vida no se buscan, sino que se encuentran, se reciben de la mano de alguien y te las da sin explicación, te abre un camino ante él, como quien abre el mayor de los regalos con multitud de grandes cosas a las que llegar.
Hay cosas que llegan y se van en su momento y en ambos se siente que todo se mueve y desestabiliza, y es que hay cosas que aparecen para darte justo lo que necesitaba tu vida, te abre los ojos y te sitúa a la perspectiva suficiente como para ver lo hasta ahora vivido, de una forma tan diferente que logra cambiar tu futuro sin querer, sin apenas darse cuenta, mientras su vida camina como si nada hubiera sucedido a mil kilómetros de ti, y es que él es un mago escondido en alguien que no sabe de trucos, porque crea magia a su alrededor a pesar de que todavía no se ha dado cuenta de lo enorme que es por dentro, pues vive pendiente de su caos y no alcanza a ver lo que deja a su paso, tan ocupado que creo que nunca se miró si en todo lo que hace él es feliz.
Espero que continué su magia, que la siga repartiendo, que en su reloj sigan dando los minuto y las horas, y con cada una siga repartiendo felicidad a terceros, y espero que se pare a mirar y vea como en cada segundo ese instante de felicidad que me dio, y se vea reflejado en una sonrisa, que será la misma que yo siempre tendré al recordarlo, esa que espero yo también provocar en él siempre y que al menos me recuerde con una sonrisa.
Hoy no quiero mirar hacia atrás, hasta ese día ya demasiado lejano como para contarlo, pero si el suficiente para no olvidarlo jamás, su día y hora donde se cruzaron dos caminos y durante un tiempo se unieron para compartir crecimiento, sabiduría, momentos cargados de tiempo que no se recuperarán jamás y que los recuerdos nos devolverán parando el segundero para respirar su anhelo, la ausencia que dejan los grandes hechos y a los personas bonitas de corazón que la vida decide que deben marcharse, nunca lo suficientemente lejos para que no se vuelvan a ver, pero si de una forma muy diferente a partir de hoy.
Ahora si, me siento preparada para dejar marchar lo que nunca pude tener, abandonar ese sueño que soñé durante mil lunas, siempre en la vida habrá algo imposible de alcanzar, pero estoy feliz de haber intentado con toda mi alma cada día acercarme a ello del único modo que he sabido y he podido, espero que le deje huella quién no solo estuvo de paso y así compartiremos cicatriz, porque sin duda en mi ha quedado una, no muy grande pero si profunda.
Hoy le digo hasta siempre, y también a todos vosotros, desaparezco de la vida de muchos, de facebook, por decisión propia, estaré bien, esto solo es un hasta siempre, pues nunca pronunciaré un adiós definitivo, porque no creo en los finales para siempre, ni que una amistad verdadera muera, aunque solo esté en una vieja hoja escrita, escondida entre sus cosas, olvidada por ahí, acumulando polvo, pero sé que al menos quedaré entre ese montón de cosas que pudieron ser y que de alguna forma fueron.
Hay cosas que en la vida no se buscan, sino que se encuentran, se reciben de la mano de alguien y te las da sin explicación, te abre un camino ante él, como quien abre el mayor de los regalos con multitud de grandes cosas a las que llegar.
Hay cosas que llegan y se van en su momento y en ambos se siente que todo se mueve y desestabiliza, y es que hay cosas que aparecen para darte justo lo que necesitaba tu vida, te abre los ojos y te sitúa a la perspectiva suficiente como para ver lo hasta ahora vivido, de una forma tan diferente que logra cambiar tu futuro sin querer, sin apenas darse cuenta, mientras su vida camina como si nada hubiera sucedido a mil kilómetros de ti, y es que él es un mago escondido en alguien que no sabe de trucos, porque crea magia a su alrededor a pesar de que todavía no se ha dado cuenta de lo enorme que es por dentro, pues vive pendiente de su caos y no alcanza a ver lo que deja a su paso, tan ocupado que creo que nunca se miró si en todo lo que hace él es feliz.
Espero que continué su magia, que la siga repartiendo, que en su reloj sigan dando los minuto y las horas, y con cada una siga repartiendo felicidad a terceros, y espero que se pare a mirar y vea como en cada segundo ese instante de felicidad que me dio, y se vea reflejado en una sonrisa, que será la misma que yo siempre tendré al recordarlo, esa que espero yo también provocar en él siempre y que al menos me recuerde con una sonrisa.
Hoy no quiero mirar hacia atrás, hasta ese día ya demasiado lejano como para contarlo, pero si el suficiente para no olvidarlo jamás, su día y hora donde se cruzaron dos caminos y durante un tiempo se unieron para compartir crecimiento, sabiduría, momentos cargados de tiempo que no se recuperarán jamás y que los recuerdos nos devolverán parando el segundero para respirar su anhelo, la ausencia que dejan los grandes hechos y a los personas bonitas de corazón que la vida decide que deben marcharse, nunca lo suficientemente lejos para que no se vuelvan a ver, pero si de una forma muy diferente a partir de hoy.
Ahora si, me siento preparada para dejar marchar lo que nunca pude tener, abandonar ese sueño que soñé durante mil lunas, siempre en la vida habrá algo imposible de alcanzar, pero estoy feliz de haber intentado con toda mi alma cada día acercarme a ello del único modo que he sabido y he podido, espero que le deje huella quién no solo estuvo de paso y así compartiremos cicatriz, porque sin duda en mi ha quedado una, no muy grande pero si profunda.
Hoy le digo hasta siempre, y también a todos vosotros, desaparezco de la vida de muchos, de facebook, por decisión propia, estaré bien, esto solo es un hasta siempre, pues nunca pronunciaré un adiós definitivo, porque no creo en los finales para siempre, ni que una amistad verdadera muera, aunque solo esté en una vieja hoja escrita, escondida entre sus cosas, olvidada por ahí, acumulando polvo, pero sé que al menos quedaré entre ese montón de cosas que pudieron ser y que de alguna forma fueron.
Hasta siempre. Sara y.
Pd. Nunca olvides lo que te quiero y nunca dejes que te quieran menos de lo que mereces.
Casualidad o no, pero hoy llueve y su sonido acompaña el ritmo de los que también lloramos una perdida tan grande, apagando poco a poco con ellas el fuego provocado por un latido desafinado.
Y como todo en mi vida, no podría acabar este texto sin música. Para ti, pues en esta guerra yo fui un soldado.
https://www.youtube.com/watch?v=4-FDPeD0VtI soldado 229 Antonio Orozco