Sentir, vivir.
Lo cierto es que últimamente veo un mundo en el que somos escuchados pero no vistos, en la que se escribe mientas hablamos con otros o viceversa, en la que leemos mientras chateamos, o chateamos mientras leemos, en la que puedes pasar miles de horas junto a alguien sin tener contacto visual, en el que una mirada, una caricia, un gesto no existen. Vivimos en la era de las puertas cerradas, de la dependencia 24 horas de lo que los demás nos dicen desde donde estén, y no presta…mos atención al que tenemos al lado. Momentos de los parques vacíos, de silencio en compañía, de estancias llenas y mucha horas compartidas y te vas a tu casa sin haber hablado con nadie. Todos juntos y todos separados, aislados, conectados no con los que convivimos sino con los que están tras está ventana que atrae tanto y que a la vez nos aleja de tantos. Hay que cambiar el chip hay que volver a ver, a conocer, a sentir, a emitir, a mirar, a compartir, a reír, a experimentar, a vivir, a ver defectos no solo virtudes, que es lo que nos trae las nuevas tecnologías, pues sólo mostramos aquello que dejamos que vean de nosotros, no mostramos manías, gestos feos, caras de tristeza o de alegría, no alimentamos la conversación con toda esa comunicación no verbal tan enriquecedora de la lengua, puesto que esta se alimenta de simples gestos para no parar de fluir. Una mirada, un gesto pueden decirnos tanto. No sustituyamos una mirada por una palabra, una caricia por una frase bonita, un poema por un beso, una bella dedicatoria o declaración por un amor inolvidable. Eso si, eso no significa que dejemos de escribir, pues escribiendo también puedes llegar a transmitir tanto, pero no dejemos sin lo demás a los que están tan cerca. Sara ct.