Reseña de : La templanza de María Dueñas
María Dueñas, “La templanza”.
En esta novela María nos habla de las múltiples oportunidades que a lo largo de la vida, ésta nos va brindando, con las que puedes resurgir de tu mayor derrota y alcanzar ese esplendor soñado que se desvaneció con el tiempo y es éste mismo el que lo pone otra vez ante ti. Nos muestra historias de vidas entrelazadas por un destino que jamás hubieran imaginado, donde la lucha y el coraje de sus personajes nos demuestra una vez más que nada se puede anteponer a la fuerza de una pasión.
María continúa con su ya conocido estilo narrativo de sus dos novelas anteriores de las que sólo he leído la primera, “El tiempo entre costuras” del que ya os hablé hace tiempo. Y sigue escribiendo esa novela romántica en la que el amor acaba por dar solución a todo.
Esta novela se divide en tres partes pero no porque su autora lo divida así, sino que se dividen por su información, coincidiendo con la separación de la localización en el tiempo. En la primera y segunda se nos pone en antecedentes, época y ambiente, con múltiples detalles de la época y magníficas descripciones de los personajes, y destaca por llevar un ritmo muy lento por ser quizás demasiado descriptivas, y es fácil perder el hilo en ellas. Sin embargo la tercera parte su ritmo es acelerado y parece que aquí está aquello que nos quería contar dejando lo anterior sin valor. Se nota un cambio de escritura tan drástico que hasta llegar aquí no reconoces a esa escritora de su primera novela la cual te enganchaba desde el minuto uno y ya no podías dejar de leer. Hace que lo anterior pierda sentido y la verdad es que cuesta engancharse y llegar al final.
Los tres escenarios donde su mueve son México, la Habana y un Jerez de la Frontera y sus personajes están llenos de fuerza y personalidad, y bañados por el coraje de aquellos que lo perdieron todo y que ello fue lo que les condujo de nuevo a la búsqueda incesante por recuperar lo que fueron y tuvieron, sin saber que aún exentos de todo seguían siendo ellos y poseyendo dentro de sí todo lo necesario para sentir que su vida ha sido un verdadero éxito.
Sus novelas siempre destacan por estar bien documentadas y ambientadas a la época y localización geográfica, por sus pocos personajes y muy estereotipados, que no sorprenden nunca, los buenos siempre son buenos y los malos, siempre son malísimos. Sus historias siempre son de amor, amores de película, en esta ocasión como protagonista el destino, y ese sentimiento sentido desde el minuto uno que nace cuando los protagonistas se cruzan, se miran y se enamoran. Me encanta esa expresión de sentimientos que usa al describir una y otra vez lo que siente el protagonista al tenerla delante, tan descriptivo que es capaz de hacerse tangible para el lector, al trasportar lo que siente a nosotros con su lectura y acabar también enamorados de esa mujer Soledad Montalvo, elegante y arrolladora. Una novela llena de secretos de familia, de superación, de apuestas que cambian la vida de las personas y …muchas cosas más, que solo sabréis si abrís sus páginas y os dejáis llevar por su historia.