Miercoles

La brisa de cara, sentada en la arena  me  trae una y otra vez susurros de ti. Intento cerrar  los ojos y buscar otros pensamientos e intentar olvidar. Intento dejar volar mis pensamientos hacia otro ayer, como si alguna vez hubiera sido dueña de ellos. Imagine otro ayer, otro hoy y otro mañana donde tu recuerdo no fuera el inicio de mis días,  mi obsesión diurna y mi última preocupación de noche. Imagine una vida rodeada de silencio, de tristeza y melancolia. Una vida vacía de locuras, de sin sentidos. Sin ilusiones por iniciar cada madrugada. Por imaginar me vi rodeada por la nada, caminando por un sendero donde habia mucha gente a mi lado pero en el nadie  pisaba esta arena que moja y cala y comenzaba a andar de mi mano. Me vi renaciendo a cada paso. Cansada de preguntarme,  cansada de pedir perdón,  culpable de algo que no pude controlar eso mismo a lo que respondo que quizás me equivoque dejandome llevar intentando disfrazar mi trisyeza con trazos de rimel.
Una ola enirme invadio mi espacio inundando mis pies y abriendo de un golpe mis ojos,  volviendo a traer la brisa tu voz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Miercoles

La brisa de cara, sentada en la arena  me  trae una y otra vez susurros de ti. Intento cerrar  los ojos y buscar otros pensamientos e intentar olvidar. Intento dejar volar mis pensamientos hacia otro ayer, como si alguna vez hubiera sido dueña de ellos. Imagine otro ayer, otro hoy y otro mañana donde tu recuerdo no fuera el inicio de mis días,  mi obsesión diurna y mi última preocupación de noche. Imagine una vida rodeada de silencio, de tristeza y melancolia. Una vida vacía de locuras, de sin sentidos. Sin ilusiones por iniciar cada madrugada. Por imaginar me vi rodeada por la nada, caminando por un sendero donde habia mucha gente a mi lado pero en el nadie  pisaba esta arena que moja y cala y comenzaba a andar de mi mano. Me vi renaciendo a cada paso. Cansada de preguntarme,  cansada de pedir perdón,  culpable de algo que no pude controlar eso mismo a lo que respondo que quizás me equivoque dejandome llevar intentando disfrazar mi trisyeza con trazos de rimel.
Una ola enirme invadio mi espacio inundando mis pies y abriendo de un golpe mis ojos,  volviendo a traer la brisa tu voz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *