Martes.
5:26 Martes, hace un calor asfixiante aun con toalla, bichini y estar rodeada por todas partes por esta arena fina que se pega a tu cuerpo y no hay quien la elimine. Doy media vuelta, me siento y veo todo un horizonte en el que solo veo agua. Me levanto voy hacia la orilla y dejo que la primera ola nada temerosa inunde mis pies y comenzando así un baiben de olas y a cada llegada de una nueva mi cuerpo sin darse cuenta se encuentra completamente cubierto de mar. Mientras me dejo flotar y llevar por las olas del mar, he comenzado a pensar en la vida, pues se asemeja a esa sensación de no control, es imposible nadar en contra de la corriente y es imposible saber como y cuando va a dejar de golpearnos esas olas tan fuertes que cuando te das cuenta no sabes donde estás, que haces ahí, y comienza la busqueda de sombrillas que estás cada día tan distintas y coloridas que tardas un rato en encontrar la tuya. Oleaje, silencio imposible, soledad acompañada, música con fondo de olas del mar, …