Aclarando dudas, escuchando consejos

Hoy me comenta una amiga que donde está esa Sara risueña y sonriente que conoció. Que mis letras la descolocan por completo y que hay días que la cuesta llegar al final de mis textos. Yo la he dicho que no se equivoque, que esa niña alocada, risueña y soñadora que conoció hace ya muchos años, sigue aquí. Sigue esa y otra que lucha cada día muy mucho, y que espera quizás más de la vida. Y no hablo de cosas materiales, hablo de esas pequeñas cosas que hacen latir el corazón. Quizás a veces sueño despierta con la esperanza de que esas pequeñas cosas lleguen a mí. Pienso que no es malo desear, pedir, exigir a la vida cada día un poquito más, siempre que tú también des todo de ti, aunque sé, que yo podría dar más. No puedo seguir tu consejo, de dejar de esperar, y así no sufrir. Es un buen consejo, pues al no esperar nada de nadie, nadie me defraudará jamás, pero lo siento amiga, me es imposible cambiar. Prefiero vivir a veces sufriendo que rendirme y porque no pedir que se me mire, porque no pedir un abrazo que necesito, porque no pedirle a alguien que te escuche o te lea,..si sólo con eso soy feliz, si sólo con ese simple hecho de que me des tu mano, hace que no caía. Siento que a veces pienses o penséis que estoy triste cuando no lo estoy, es muy difícil entender a alguien tan sólo si lees sus letras y no la conoces muy bien. No os equivoquéis conmigo que aunque con alma soñadora, tengo los pies en el suelo. Y sé que hay cosas imposibles, pero hay otras muchas alcanzables y porque no decirlo, las quiero todas, jeje. Espero que leas esta vez todo el texto y espero haber sacado alguna sonrisa de ti, espero seguir recibiendo tus consejos, tus silencios y tus palabras que aunque no en todas te haré caso, si que te las agradeceré infinito. Muak. Sara ct.

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